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Si eres un amante de los gatos, habrás notado lo quisquillosos y selectivos que pueden llegar a ser con su comida, pero esto más allá de ser un capricho, tiene toda una explicación lógica de por medio.
Que le ofrezcas a tu gato algún tipo de comida que jamás haya visto y este la rechace o se quede toda una infinidad examinándola para decidir si la prueba, es más normal de lo que crees.
Resulta que la gran mayoría de gatos cuando alcanzan cierta madurez, es decir, cuando han superado la etapa de socialización con su entorno, personas y otros animales, empiezan a revelar algunos comportamientos de Neofobia, lo cual quiere decir que, todas esas cosas que son completamente nuevas ante sus ojos, pueden llegar a generarles un injustificado temor, sin importar que sea el elemento más inofensivo, como es el caso de la comida.
¿Debería sorprenderte esto? La respuesta es NO. Los gatos son animales Neofóbicos por naturaleza, y su desconfianza es una reacción instintiva de autopreservación; por eso su voluntad para romper con la rutina y probar cosas nuevas, no es la mejor.
Y aunque parezca algo extraño, pero que no ocasiona mayor problema, la realidad es que esta característica que los hace extrañamente únicos, también puede llegar a jugarles en contra.
La Neofobia alimentaria de los gatos, en muchos casos puede llegar a desencadenar dificultades mayores, como es el caso de la anorexia por cambios en la alimentación. Un problema preocupante y real que puede llegar a tener un fuerte impacto en la vida de los felinos como en la de sus amos.
Y es que a diferencia de los perros, a quienes les puedes dejar su plato de comida servido y en algún momento el hambre los llevará a desocuparlo, a los gatos su instinto de hambre no siempre los domina, pues si tienen en frente algo nuevo o que no sea de su agrado, posiblemente jamás lo prueben. Por eso intenta encontrar eso que más le guste y procura no variar su dieta.
Ten en cuenta que para un gato, el dejar de comer durante unos pocos días, puede afectar gravemente su salud; por eso para evitar que tu felino o algún otro que conozcas, sufra por este tipo de situaciones, te damos las siguientes recomendaciones:
Si vas a realizar un cambio en su dieta, hazlo de forma lenta y gradual.
Procura mezclar un poco del alimento nuevo con el viejo durante algunos días y controla si se lo come.
Aumenta poco a poco la cantidad del nuevo alimento conforme pasen los días.
Si definitivamente se rehúsa a probarla, no insistas, ni el mismísimo dios de los gatos lo va a hacer cambiar de parecer.