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BULLMASTIFF

Foto tomada: bullmastiffdog.net

Nacionalidad: Gran Bretaña. El Bullmastiff es una raza nueva nacida del cruce entre el Mastín y el Bulldog. Impresiona por su fuerte y poderosa constitución, puede llegar a pesar hasta 60 kg. Con una altura entre 60 a 66 cm. Utilizado como perro de guardia y trabajos de protección. El manto es de pelo corto y duro. Colores: todos los tonos del rubio, rojo y leonado. Necesita hacer ejercicio para frenar su tendencia a engordar.
 
El Bullmastiff es alegre, serio y obediente. Poco o nada ladrador. El Bullmastiff es un perro grande, de mucha resistencia. Se le empleó como perro de pelea y para morder a los toros. También fue usado para cuidar en las grandes fincas donde los bandidos cazaban sin permiso de los propietarios.

Guardián inteligente, discreto, eficaz y con gran capacidad de discriminación, muy casero, y sólo moderadamente activo, por lo que se adapta perfectamente a la vida en casa  y en ciudad. Excelente perro de guarda, también se utiliza en Inglaterra como perro policía. En la actualidad los Bullmastiff están siendo una de las razas favoritas para su uso como terapia con animales entre personas discapacitadas por su gran intuición e iniciativa. 

Su aspecto impresionante le convierte en una barrera infranqueable para "visitantes no deseados". Es un perro que no requiere muchos cuidados. Saltarán en defensa de su familia a la más mínima provocación, no hay que olvidar que al fin y al cabo su vida es proteger. Puede resultar arisco con otros perros y nada amable con los desconocidos, para eso hay que sociabilizarlo correctamente.

Como perro de familia es muy completo y sensible, distingue cuando puede mostrarse activo o tranquilo. Requiere ejercicio moderado con largos paseos para fortalecer su potente estructura ósea y muscular.  Es bueno con los niños si se ha criado con ellos desde cachorro, pero siempre hay que tener cuidado con los más pequeños pues el perro no mide su propia fuerza.

Para educar a un perro de esta raza debemos ante todo demostrarle quién manda. No podemos dejar que tome el liderazgo de nuestra familia, de nuestra “manada”; eso sería el caos, y podría derivar en agresividad.  Suelen ser perros medianamente obedientes, en lo que respecta a la dominancia, las hembras son más recomendables para aquellas personas que tengan dificultades para ejercer autoridad. Por otro lado los machos suelen ser una mejor elección para aquellas personas en la cual la función de guardia constituya una prioridad.

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